ashtanga yoga

Monday, February 27, 2006

Isla de Pascua





Hace dos días que volví de mis vacaciones en Isla de Pascua.
Fue un viaje maravilloso que hice con mi querida amiga Antonia, que al llegar me estaba esperando con el tradicional collar de flores en el aeropuerto.
Conocí gracias a ella, que vivió un año allá, lo que se podría decir, el lado B de la isla. Osea lo que un turista no logra vivir ahí. Conociendo a la gente y básicamente estando ahí con ellos. Siendo invitada a tunuahes (fuego, con parrilla donde se cocinan los pescados), reciviendo cuanta piña, sandía, plátanos, camotes y pescados de regalo. A un ritmo lento, durmiendo mucho, en fin; de vacaciones.
Nos quedamos en una casita en el campo, a las afueras de Hanga Roa, con una vista paradisíaca hacia unas laderas y el mar que nos regalaba todos los días la puestas de sol más increíbles.
Anduvimos por el Rano Raraku y el Rano Kau, nos bañamos en sus lagunas volcánicas que dejan el pelo brillantísimo. Acampamos en una cueva al lado del Ahu más grande de la isla, el de los 15 moais, Tongariki. Subimos el Terevaka, desde donde se puede ver el horizonte en 360º, impresionate. Comimos guayabas sacadas directamente de los árboles.
El clima es simplemente perfecto, con una humedad precisa, no esa cosa sofocante de los climas tropicales. El mar tibio, pero no caliente, osea; refresca.
Y hasta dos clases de yoga hice, donde asistieron puras mujers pascuences y una continental. Gratis, obviamente. Se mostraron muy receptivas y agradecidas, fue muy lindo.
Me tocó estar ahí para gran parte de la Tapati. La fiesta tradicional en la que cada año dos familias presentan a su candidata a reina para disputar el cetro. La comunidad rapa nui se divide en esos dos grupos y trabajan en favor de una candidata. Es una fiesta preciosa con competencias tradicionales, mucho baile y música. Se siente fuerte lo ancestral de la isla.
Fueron dos semanas que no olvidaré. La simpleza y la belleza de la gente me calaron en el corazón. La fuerza de una cultura que respeta sus raices y a sus ancianos, conmueve. La belleza agreste y sobrecogedora de la isla me capturaron.
Ya en el aeropuerto, comenzaron a llegar mis amigos pascuences: Benja, Merina, Caro y Noe. La Antonia y Pablo. Me llenaron de collares de conchitas, que es la tradición al ir a despedir a alguien. Fue muy emocionante. Me cayeron unos lagrimones mientras el avión despegaba y podía ver desde el aire la maravillosa Isla de Pascua, Te Pito O Te Henua, el ombligo del Mundo.
Y sí, quiero volver...de todas maneras.

Thursday, February 02, 2006

Voltando





Aquí algunas imágenes de los últimos días cariocas...que han sido menos calurosos y bien llovidos.
Pasamos un día con la Blanca y Leo Quinteros que estaban sólo por un día antes de sguir camino a su viaje por Parati y Bahía. Fue entrete verlos. Nos dimos un chapuzón en Ipanema, comimos biscoito globo, queijo coalho; ese queso derretido en un brasero y los chico bebieron cerveza skol. Clásicos de las playas brasileras.
Abajo mi adorada y gran amiga carioca Adriana Penna, con quien ya mantenemos más de once años de amistad.
Mañana me embarco rumbo a Chile y dejo atrás este bálsamo inolvidable que fue Rio de Janeiro 2006.